Criterios sobre aspectos varios de la vida
lA PUERTA DE TRIANA

BAB TRIANA de origen almorávide y reconstruida en 1585 algo más al norte, fue derribada en 1868.
Situada en la actual calle Zaragoza, en la confluencia con la calle Moratín, donde en la actualidad está señalado.
En las fuentes musulmanas, aparece mencionada en relación a una inundación que se produjo el 26 de marzo de 1200, mientras que también figura en el Libro del Repartimiento de Sevilla y en otros documentos de entre los siglos XIII y XV. En cuanto al origen de su nombre, éste viene motivado por ser el acceso más directo al Arrabal de Triana; además, durante los primeros años tras la reconquista cristiana fue conocida como Trina, por estar abierta con tres arcos.
No se conoce apenas nada de su primitiva estructura, salvo los tres arcos con que contaba. Cabe pensar que sería una torre-puerta con acceso en recodo y barbacana, como muchas de las ya vistas, y que en 1560 Hernán Ruiz eliminó estos dos elementos como hizo con las otras, pues existe documentación de esa fecha en la que se le encarga dejarlas “en derecho de las calles como esta la puerta de Triana”, como cita Jiménez Maqueda. La puerta de Córdoba, aún en pie, es buen ejemplo.
En el año 1585, bajo el mandato del asistente Juan Hurtado de Mendoza, Conde de Orgaz, dan comienzo las obras de una nueva Puerta de Triana, con las trazas renacentistas de Asensio de Maeda y siendo terminada en 1592. Atrás quedaba el portón medieval que había quedado obsoleto ante el espectacular crecimiento de la ciudad tras el descubrimiento. En este caso, su ubicación difiere de la primera, pues sería levantada en el punto en el que se unen las calles de San Pablo, Reyes Católicos, Gravina y Zaragoza. Ésta estaría formada por dos cuerpos. En el primero, se abría el vano de acceso, flanqueado por pares de columnas dóricas sobre pedestales en las que apoyaban sendos entablamentos.

El segundo, por su parte, quedaba rodeado por un balcón con un de hierro y estaba decorado con cuatro pilastras almohadilladas que, a su vez, sustentaban otro entablamento, en este caso rematado por un frontón coronado por esculturas y pirámides. Este segundo cuerpo serviría durante años como cárcel a distinguidos personajes y sería reparado en 1621. Más adelante, en 1787, tanto su fachada interior, como la exterior, serían reformadas

Por lo que respecta de las lápidas, una de ellas fue colocada en 1588 en la parte externa, sobre el balcón, conmemorando su nueva ubicación. En 1633, se pondría otra que, escrita en castellano, celebraba la construcción de un husillo en las inmediaciones. La primera debió desaparecer con la puerta, mientras que la segunda forma parte del inventario de la Colección Arqueológica Municipal. La puerta primitiva contaba con los escudos de armas reales y de la ciudad, pero desaparecerían cuando se levantó la nueva; ésta tendría, en el segundo cuerpo de la parte interna, las armas de la ciudad flanqueadas por sendos escudos con las armas de Don Juan Hurtado de Mendoza y Guzmán (hay quien apunta que aquí estaría el escudo real), mientras que sobre el arco, en la fachada externa, estaban las armas menores de la ciudad. Igualmente, se sabe que tenía otros elementos decorativos, si bien no hay iconografía sobre ellos.
El 21 de septiembre de 1868 se aprueba su derribo. Una vez derruida los escombros se acumulan en los alrededores de la Plaza de Armas y el contratista de esta demolición, el jerezano José Girón y Alcalá, utiliza algunos de estos resto como adoquines para su propia residencia (sita en la calle San Eloy) y el resto se subasta y es adquirido por una empresa de Jerez, la Sociedad de Aguas del Tempul, para construir depósitos de agua en lugar denominado viñas de Picadueña. Casi un siglo después esta zona se convirtió en Jardines, luego en Parque y en 1953 se transformó en Zoo. Alí descansan, y aún se puede ver, dos grandes piedras estriadas, junto a ellas una placa las identifica: son las dos últimas piedras de la puerta de Triana.
Por otra parte, en Sevilla se realizaron en 1983 unas excavaciones en las que salieron a la luz la zapata de la puerta, formada por un gran bloque de argamasa de cal, canto y arena, así como los arranques de la muralla y de la barbacana. Se pavimentó esa zona dejando constancia de dónde estaban ubicados esos restos.

El 21 de septiembre de 1868 se aprueba su derribo. Una vez derruida los escombros se acumulan en los alrededores de la Plaza de Armas y el contratista de esta demolición, el jerezano José Girón y Alcalá, utiliza algunos de estos resto como adoquines para su propia residencia (sita en la calle San Eloy) y el resto se subasta y es adquirido por una empresa de Jerez, la Sociedad de Aguas del Tempul, para construir depósitos de agua en lugar denominado viñas de Picadueña. Casi un siglo después esta zona se convirtió en Jardines, luego en Parque y en 1953 se transformó en Zoo. Alí descansan, y aún se puede ver, dos grandes piedras estriadas, junto a ellas una placa las identifica: son las dos últimas piedras de la puerta de Triana.
Por otra parte, en Sevilla se realizaron en 1983 unas excavaciones en las que salieron a la luz la zapata de la puerta, formada por un gran bloque de argamasa de cal, canto y arena, así como los arranques de la muralla y de la barbacana. Se pavimentó en amarillo esa zona dejando constancia de dónde estaban ubicados los restos descubiertos, tal y como se aprecia en la fotografía.


LA PUERTA REAL

LA PUERTA DE CARMONA

LA PUERTA DEL ARENAL

LA PUERTA DE TRIANA

LA PUERTA DE JEREZ

LA PUERTA DE SAN FERNANDO

LA PUERTA DE LA CARNE

LA PUERTA DEL OSARIO

LA PUERTA DEL SOL
