ENTRADA EN LA UNIÓN EUROPEA

Entrada en la Unión Europea

En 1986, España entró en la UE como miembro de pleno derecho después de largas negociaciones que habían comenzado en 1977. El gobierno español tuvo que aplicar los ajustes acordados, el más controvertido fue la sustitución del Impuesto General sobre el Tráfico de las Empresas, conocido por su abreviatura IGTE, principal impuesto de carácter indirecto existente en España entre 1964 y 1985 y que fue sustituido por el Impuesto sobre el Valor Añadido al entrar en el Mercado Común. Esta adaptación supuso un cambio radical para lograr la “armonía” fiscal en el comercio de bienes y servicios.

En los acuerdos alcanzados, el referido al sector siderúrgico fue el que más me afectó, ya que, por temas de competencia, España debía reducir sensiblemente la capacidad productiva de las plantas de fabricación de acero. Como consecuencia nos vimos obligados a la parada de unas plantas que operaban en esas fechas y aquello tuvo su repercusión sobre el empleo. En esa época las relaciones laborales, especialmente en la siderurgia, estaban muy influenciadas por lo que se denominaba “la lucha de clases”. La deseada, y necesaria, armonía había sido reemplazada por la confrontación. El conflicto social se agudizó. Fueron años de huelgas, amenazas, pintadas, bloqueos en los accesos y de intentos de minimizar los efectos del cierre.

Fue una lección de vida intensa, dura y traumática, tanto en lo personal como en lo profesional, pero con un resultado positivo: la subsistencia de una de las dos plantas que gestionaba, y que aún, en estos días de mi jubilación, permanece activa.