Criterios sobre aspectos varios de la vida
valencia en el siglo xx (III)
La guerra civil
Fueron escasos los años “dorados” porque el sábado 18 de Julio de 1936, se produjo el levantamiento militar que dio origen a la fraticida guerra civil y, en Valencia, esa misma tarde, mientras en la plaza de toros se lidiaba la correspondiente corrida de la Feria de San Jaime, las hordas de milicianos y sindicalistas salieron a la calle, armas en mano, formando importantes alborotos y altercados que finalizaron quemando la emblemática Iglesia Parroquial de Los Santos Juanes, la primera de las muchas que le siguieron, incluida la Catedral de Santa María que se destruyó en gran parte y que, gran paradoja, se vio convertida posteriormente en almacén general de víveres.
El establecimiento del frente de guerra en las inmediaciones de la Ciudad Universitaria, muy próxima a Madrid, motivó el traslado del Gobierno de la República a Valencia, donde también se estableció provisionalmente el Congreso de los Diputados.

Esta circunstancia, propició que la ciudad fuera objetivo primordial y militar del acoso bélico a que fue sometida, mediante continuos bombardeos navales y aéreos que ocasionaron muchísimas pérdidas de vidas humanas y enormes destrozos en instalaciones industriales, centros de comunicaciones y edificios oficiales y civiles, especialmente en los poblados marítimos, que fueron muy castigados por su proximidad al Puerto que quedó prácticamente inutilizado.


Por otra parte, la anarquía y la barbarie, siempre al margen de las leyes, se adueñaron de la situación política local, creando numerosas “checas” que fueron utilizadas para detener, interrogar, torturar y juzgar de forma sumarísima a sospechosos de simpatizar con el bando franquista o simplemente ser de derechas o católicos, especialmente curas, frailes y monjas, para seguidamente ser asesinados en los “paseos” realizados en la carretera del Saler y en el cauce seco del río Turia. De muy triste recuerdo fueron la checas instaladas en el Colegio de los Escolapios y en el palacio de Los Mustieles. Casi tres trágicos y durísimos años de angustia, penuria, temores, desgracias y muertes transcurridos hasta que el 29 de Marzo de 1939, los aviones franquistas, por vez primera, arrojaron sobre la ciudad octavillas victoriosas en lugar de bombas. Era un signo evidente de que la guerra llegaba a su fin. Dos días después, el 31 de Marzo, las tropas “nacionales hacían su entrada triunfal en Valencia.
