LA RESPONSABILIDAD

En el Diccionario de la Lengua Española la palabra “responsable” tiene varios significado entre los cuales cito dos:

• • Obligado a responder de algo o por alguien.
  • Dicho de una persona que pone cuidado y atención en lo que decide hacer.

Para mí, una persona es responsable si:

• • Respeta las leyes de la sociedad civil en la cual vive y, en consecuencia, responde al conjunto de ciudadanos.
  • Respeta las reglas de su familia y, en consecuencia, responde a sus padres.
  • Respeta las normas que rigen la Organización donde trabaja y, en consecuencia, responde al colectivo de la misma
  • Respeta y responde de las normas Constitucionales y, en consecuencia, responde a los ciudadanos de su país.

Es decir que, responder es esencialmente cumplir con los valores éticos y morales de nuestra civilización.
En el caso de los políticos de países con un sistema democrático representativo, “deberían” responder cumpliendo con lo prometido en las campañas de propaganda electoral que les han permitido alcanzar sus condiciones de representantes populares.

Una de las certezas constatadas y aprendidas a lo largo de mi actividad profesional, es la necesidad de profundizar en los temas que se tratan pues, como dice el refrán, las apariencias engañan.
En relación con la responsabilidad nos encontramos con un ejemplo claro de esta necesidad.  Tal y como hemos comprobado en la misma RAE, la palabra en si tiene varios significado y se interpreta según su contexto..

En especial, en el caso de nuestros representantes políticos es fundamental conocer la escala de valores por la cual se rigen, pues nos dará una indicación clara de cómo van a responder.

El COVID 19 ha provocado una pandemia que ha puesto en evidencia metodologías muy diferentes para enfrentarse a ella en los países afectados, obteniendo resultados también profundamente dispares. Los dirigentes políticos de todas las naciones han manifestado que su prioridad absoluta es la salud de sus ciudadanos. Los datos sobre los fallecidos muestran diferencias enormes por cada 100.000 habitantes, esto parece desmentir algunos de ellos. 

Comparando a Corea y España, resulta evidente que los asiáticos han actuado de forma determinada, inmediata, contundente, preventiva y científica ante las primeras señales de contagio. En España no ha sucedido esto, más bien lo contrario. Mientras ellos han RESPONDIDO salvaguardando la salud del conjunto de sus ciudadanos como valor principal, los dirigentes españoles han RESPONDIDO a otros intereses, obviando el bien común y la mencionada salud general.

Este ejemplo demuestra la necesidad de profundizar en el conocimiento de nuestros representantes políticos, sin conformarse con las apariencias y buscando las causas subyacentes