SAN FERNANDO

Criterios sobre aspectos varios de la vida

SAN FERNANDO

En Peleas de Arriba, un lugar entre Zamora y Salamanca, existía un albergue para atender a transeúntes y peregrinos que recorrían la Vía de la Plata, había sido fundado por un religioso zamorano llamado Martín Cid, un supuesto descendiente de Rodrigo Díaz de Vivar. En ese entorno nació Fernando un 1 de Julio de 1217, mientras sus padres acampaban en el monte cuando realizaban una ruta de Salamanca a Zamora. Años después, siendo ya rey levantaría ahí el Monasterio de Nuestra Señora de Valparaíso

Hijo de Alfonso IX de León y de Berenguela de Castilla y primo de san Luis IX, rey de Francia. El papa Inocencio III declaró nulo el matrimonio de sus padres, pues doña Berenguela era sobrina de don Alfonso, aunque él fue legitimado por el mismo Pontífice.  

Se casó con Beatriz de Suabia, hija del rey alemán Felipe, con quien tuvo diez hijos, después de 16 años de matrimonio feliz enviudó y, por razones políticas, se volvió a casar con la princesa Juana de Ponthieu, de la que tuvo tres hijos.

Al morir el monarca Enrique I, Berengela, como heredera de le cedió sus derechos a su hijo para que accediese al trono de Castilla. Aunque tuvo dificultades con su padre, a la muerte de éste, también heredó el reino de León. De esta forma consiguió la unificación definitiva de ambos reino en 1230, a partir de ese año Fernando llevaría el ordinal de III. Una vez asentadas las fronteras con Portugal, desaparecieron las luchas fronterizas que enfrentaron a portugueses y leoneses y pudo centrarse en la conquista de los reinos del sur aún bajo el dominio musulmán.

 

La Virgen de las Batallas

Dicha empresa habría de conducir a la reconquista del valle del Guadalquivir, lo que convertiría al reino castellano-leonés en un territorio mucho más extenso que cualquiera de sus vecinos, y en el único que conservaría frontera terrestre con el Islam (por la supervivencia del reino de Granada hasta el siglo XV).

El inicio de esa gran campaña guerrera fue aprobado en la Curia de Carrión de 1224, coincidiendo con las luchas por el poder que se abrieron entre los musulmanes al morir el sultán almohade Abú Yacub Yusuf. Una tras otra fueron cayendo en manos cristianas ciudades  tan significativas como Córdoba (1236) o Jaén (1246). Sevilla, en cambio, resistió duramente, exigiendo añadir al esfuerzo militar en tierra, la actuación de la flota castellana del Cantábrico bajo el mando de Ramón Bonifaz, que asedió la ciudad por el río y bloqueó el Atlántico para impedir que llegaran refuerzos. Finalmente, Sevilla se rindió al rey Fernando en 1248. Durante la conquista llevaba anillada al arzón de su caballo una imagen de la Virgen, que actualmente se conoce bajo la advocación de la Virgen de las Batallas. 

A la conquista siguió la repoblación de las tierras recién incorporadas mediante repartimientos a caballeros y peones cristianos.

En política interior destacó por su labor legislativa. Mandó traducir el Fuero Juzgo al castellano e inició la compilación de un código de leyes que terminaría brillantemente su hijo Alfonso X el Sabio. Bajo su reinado se iniciaron las obras de las Catedrales de Burgos y Toledo. Favoreció con exenciones y privilegios a la Universidad de Salamanca y construyó una atarazana en Sevilla. Convirtió en iglesia la mezquita de Córdoba. Impulsó el uso del castellano-leonés en sustitución del latín. Fundó el Tribunal Supremo de Castilla para unificar la justicia. Por primera vez se reunieron las Cortes de Castilla. 

Aunque la salud de Fernando III ya estaba muy resentida, pasó sus últimos  cuatro años en Andalucía prosiguiendo las conquistas de nuevas plazas: Jerez, Medina Sidonia, Arcos, Rota… y, finalmente Cádiz. Cuando preparaba una expedición contra Marruecos, le llegó la muerte en el 30 mayo de 1252. Se encontraba en el Alcázar de Sevilla. Estaban con él cuatro de los hijos que tuvo con Beatriz de Suabia: Alfonso, Fadrique, Felipe y Enrique y su esposa Juana de Ponthieu con los tres hijos que tuvo con ella: Fernando, Leonor y Luis.

Su muerte se atribuye a una hidropesía que contrajo en el invierno de 1251. Fue enterrado en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla. En 1671, el Papa Clemente X lo elevó a los altares por sus cualidades humanas, su genuina piedad y su respeto a la moral cristiana. Por esta razón, la historia le ha añadido el sobrenombre de el Santo.