LAS CHOZAS

Criterios sobre aspectos varios de la vida

CHOZAS DE DOÑANA

La Historia de Doñana se pierde en las sombras y leyendas lejanas de los Tartessos. ¿Estará la mítica  arshish bajo las arenas de Doñana como imaginó Schülten?, ¿serán los ganados marismeños descendientes de los fantásticos toros del rey Gerión?

Durante años la pesca, la agricultura, la ganadería y la caza han caracterizado el talante de este territorio y han propiciado un modo de entender y vivir especial de los habitantes de Doñana. De otro lado, su mantenimiento como grandes latifundios en manos de la nobleza o la burguesía hasta su declaración como Parque Nacional y su uso casi exclusivo como cazadero, han permitido mantener estos lugares extraordinariamente conservados hasta hoy.

Los primeros pobladores descubrieron la infinidad de oportunidades que se les ofrecía. Desde entonces, la pesca, la caza, la ganadería y la recolección de diversas materias primas han sido las principales actividades, modos de vida muy ligados al aprovechamiento de los recursos que han marcado una particular manera de entender la convivencia con el medio. Hoy algunos de estos usos tradicionales han desaparecido, como el carboneo, y otros  perviven con las inevitables modificaciones que hacen el trabajo más cómodo y rentable.

Antaño se vivía en chozas, algunas todavía en uso, que se elaboraban a partir de vegetación y otros materiales cercanos. Una estructura sólida de madera de sabina, una cubierta de castañuela o junco, una solería pacientemente elaborada con barro y conchas marinas y algunas arpilleras blanqueadas con cal que aislaban las habitaciones, servían para construir la casa de familia. La unidad familiar lo constituía el Rancho, que se rodeaba con vallas de brezo y en su interior se instalaban varias chozas, gallineros, un pozo, porches y arriates de flores. La choza principal servía para cocinar y hacer la vida, y las segunda y tercera servían de dormitorios en las familias numerosas.

Cerca de las viviendas se concentraban otras chozas más humildes que servían de cuadras.

En los alrededores de estos poblados había huertas, a veces comunales y otras privadas, que los propios pobladores construían excavando pequeños bancales de poco más de medio metro de profundidad y rodeaban de una valla de brezo para evitar que los grandes herbívoros terminaran con la cosecha. La humedad propia del terreno y la proximidad del agua subterránea tocando las raíces de las hortalizas, hacía innecesario el riego, a la vez que permitía varias cosechas anuales.

Cada familia disponía de sus propias colmenas que eran atendidas por los más ancianos. Un cilindro de corcho de los alcornoques era todo el material necesario para instalar los enjambres.

Además de la caza de aves, liebres, conejos y grandes herbívoros, en primavera se recolectaban los huevos de las acuáticas y un poco más tarde, los patos «mancones», a los que la muda de las plumas impide temporalmente volar.

Las Chozas de Doñana constituyen una de las tipologías edificatorias más antiguas de Andalucía. Son un claro ejemplo de arquitectura vernácula, en las que sus habitantes utilizan los materiales de entorno para realizar construcciones que se adaptan al clima, proporcionando un espacio que soluciona de forma sencilla y económica las necesidades básicas, integrándose discreta y bellamente en el paisaje.

 Los materiales utilizados para el revestimiento de las chozas son el junco, la castañuela, el brezo y el barrón.
  • El junco es el más indicado para esta labor. Para el segado de esta planta se sigue utilizando el procedimiento manual de corte. La época más indicada para su siega y preparación es el verano. El junco se emplea para el recubrimiento exterior de la alberca y la cubierta, ya que debido a su estructura interna al comienzo de las lluvias el material experimenta un incremento de volumen que dificulta el paso del agua a través de los haces 
  • La castañuela se suele cortar a finales de verano, cuando se encuentra completamente seca. 
  • El brezo se utiliza para los cercados de los ranchos o de los huertos, como protección frente a la entrada de animales, también en los empotrados y en el recubrimiento de los paramentos de las cuadras. 
  • El barrón era utilizado por los colonos como revestimiento en las zonas bajas de la choza debido a que es más resistente.

Para las uniones se utilizan clavos de hierro, tornillos de acero que es el material que se utiliza actualmente para construcción de nuevas chozas y tomizas, cuerdas y alambres, empleados para realizar los empalmes de las latas, así como para la fijación del revestimiento exterior de las chozas