ASPECTOS GENERALES

Aspectos Generales

El Método Lógico es la aplicación del razonamiento lógico y científico en todos los ámbitos de la actuación profesional de una Organización.

Las Etapas del Método son las siguientes:

En el quehacer diario se debe aplicar el método de forma espontánea, e intuitiva, en muchas situaciones que podemos solucionar sin la necesidad de una reflexión o atención especial. La profesionalidad ayuda en estas tareas. Los errores o aciertos de intuición serán evaluados con el uso de la supervisión. Las ventajas que derivan de la aplicación del método y los esfuerzos que nos puede ahorrar la supervisión están muy claros.

La constante aplicación del método lógico garantiza, en estos casos, que las decisiones vayan siendo cada vez más acertadas debido a que cada ciclo termina con la supervisión del acierto, de su grado de calidad. Con ello, los miembros de la organización se van formando cada vez más en el sentido de la justa medida (equilibrio entre los múltiples factores que siempre están presentes en todas las contingencias).

Es muy importante precisar que, cuanto más difícil se presente el problema, más necesaria es la aplicación del método expuesto y más cuidado habremos de prestar al tema. Debido a que las personas son la base de la Organización y, que los comportamientos son el 95% de las causas que provocan eventos no deseados (accidentes e incidentes), el método debe ser empleado con más intensidad precisamente en los problemas relacionados con las personas y sus comportamientos.

  • En la fase de estudio la dificultad de actuar con humildad y de asumir los propios errores puede hacer desviar la atención de la búsqueda de las causas, así como el uso de criterios subjetivos y/o empíricos, lo cual distorsiona de entrada todo el proceso de decisión y siguientes. El uso del lenguaje científico y técnico es de gran ayuda pues, enfoca el tema con datos y parámetros concretos.
  • En la fase del diseño del plan el ego de cada individuo puede provocar que no se opte por las medidas correctoras más convenientes (eficacia, sencillez, fiabilidad, etc.)
  • En la fase de realización puede darse el caso de que las prioridades de realización sean establecidas en función de criterios individuales más que de interés general.
  • En la fase de verificación es habitual confundir la misma como una medida de injerencia o de fiscalización más que una parte del método mismo. La correcta interpretación de la supervisión se alcanza cuando en la misma encontramos los estímulos e incentivos que derivan de la constatación de nuestros aciertos y, de la capacidad de rectificación de nuestros errores. Se deben buscar el éxito y la satisfacción en el resultado de las acciones y no desperdiciar esfuerzos en demostrar lo que se sabe. La verificación mide el resultado con el esfuerzo.

Es frecuente que las razones subjetivas (del individuo) prevalezcan sobre las razones objetivas. Como contraposición a este método de carácter científico y lógico, nos encontramos lo que podríamos llamar el anti-método, cuyas etapas son las siguientes:

  • La intuición sin el análisis exhaustivo de la situación.
  • La improvisación frente a la programación y la planificación.
  • El zafarrancho de combate frente al trabajo concienzudo, minucioso y pausado.
  • El “a verlas venir” frente a la comprobación sistemática.

Exponer el anti-método y recordar la función de las personas en el seno de la organización pone en evidencia otro factor clave de la aplicación del método en su integridad:

La satisfacción del trabajo bien hecho y la constatación de que la profesionalidad mejora día a día

Esta mejora deriva de los pequeños múltiples aciertos que conseguimos en el trabajo diario como resultado de la utilización sistemática de la verificación. Sin método, el proceso se vuelve inestable, surgen los imprevistos y con ellos los “zafarranchos de combate” que producen esfuerzos especiales y la consiguiente relajación una vez terminado.