




Actitud Adecuada para Prevenir y Solucionar
Lo fundamental es ser autocríticos y humildes para saber que siempre podemos y debemos mejorar
- Asumir que los problemas existen.
- Asumir que cada cual ha de admitir su responsabilidad. Los problemas ponen en evidencia fallos que pueden ser de diferente índole y procedencia. Cada uno debe aceptar primero sus errores y responsabilidades, y segundo, debe ocuparse de las ajenas para ayudar más que para criticar.
- Asumir que las justificaciones no resuelven los problemas, más bien inducen a confusiones, complicaciones y pérdidas de tiempo. La preocupación fundamental ha de ser mejorar el futuro no de justificar el pasado.
- Asumir que los problemas hay que resolverlos: dejar a un lado el fatalismo, dejar de convivir con los problemas y asumir la actitud de querer erradicarlos.
- Asumir que resolver los problemas individualmente sólo conduce a un trabajo menos eficaz y eficiente. La Organización apoya, y las “medallas” conseguidas por prescindir de ésta carecen de valor.
- Ordenar atacando el número justo de problemas a la vez. Querer resolverlos todos sin ordenarlos previamente conduce a su falta de resolución, al desánimo y al fatalismo.
- Ordenar en función de las consecuencias que los mismos acarrean o puedan acarrear con respecto a:
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- las personas
- las instalaciones
- la calidad del productos
- los daños económicos
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- Distinguir y separar las causas de los problemas de sus consecuencias.
- Distinguir los problemas que se presentan en situaciones de normalidad de los que aparecen en casos de urgencia. En ambos casos se ha de tener presente que, las soluciones temporales pueden ayudar a combatir un problema puntual y a reducir sus consecuencias durante un espacio de tiempo.
- Anteponer la consecución del objetivo a las dificultades para conseguirlo. No vale aplicar la idea de que: “no toco nada por lo que pueda pasar”. Hay que actuar cuando se observan anomalías y claras posibilidades de mejora.
Con el fin de ayudar a comprender el tema, a continuación, se exponen algunas de las interpretaciones y de las actitudes detectadas con su correspondiente argumentación aclaratoria.
Una de las primeras interpretaciones incorrectas que se hace del método lógico es que éste sólo tiene que ver con cuestiones técnicas. Esta afirmación es incierta. En una de las fichas del Cuadernillo trata sobre “La previsión, anticipación y prevención de los problemas” con particular atención a la prevención de los riesgos laborales, se ocupa de los riesgos laborales y, por tanto, de las personas. Los datos, los hechos y las estadísticas demuestran que cuanto más se aplica el método más reducimos los riesgos y, en consecuencia, los incidentes. Estos ejemplos y muchos otros evidencian que el método, la lógica y los instrumentos mejoran las condiciones de trabajo como resultado de ocuparse de las personas. La formación y el entrenamiento son otros instrumentos del método que nos ayudan a comprender que éste no es sólo técnica. Formar y entrenar es transferir conocimientos. Los conocimientos son parte del ser humano y han permitido alcanzar los niveles de bienestar actuales. Con todo esto, el conjunto de las personas que forman una Organización se implica más.
Otra de las interpretaciones que justifica el no empleo del método es la que manifiesta que éste elimina la personalidad y la capacidad de las personas. Más bien todo lo contrario. Está basado en ciencias lógicas y exactas, pero también en ciencias cuyo objeto son personas, ciencias sociales, como la economía, la administración, la organización, la psicología u otras disciplinas claves en el avance que las organizaciones han usado para evolucionar desde la Revolución Industrial. El método permite, de forma ordenada, explotar los recursos individuales y multiplicar su eficacia
Otro error es pensar que el método puede ser aplicado mentalmente. De hecho, de forma inconsciente, las personas solemos aplicar nuestros conocimientos para anticiparnos a algún evento. El método enseña primero a tomar conciencia de las anomalías, desviaciones y problemas para no convivir con ellos. Para ello se deben emplear (plan) y resolver (ejecución del plan) comprobando después sus resultados y las eventuales desviaciones sobre los objetivos del proceso. Los sentidos proporcionan sensaciones de las situaciones normales y de las anormales. Las dificultades residen en tomar conciencia de estas anomalías y actuar en consecuencia de forma reflexiva y no de forma instintiva.
Por último, no se pueden tener dudas sobre los principios que rigen el funcionamiento de la Organización, sobre los que la preside. Sin embargo, el método lógico científico en los que se apoyan afirma que la duda es permanente. ¿Hay contradicción? No. Las dudas en el método lógico científico aparecen en la etapa del estudio de la situación, con el uso de las observaciones, y en la fase de la verificación. El análisis debe poner a la persona en disposición para resolver las dudas y que puedan decidir. Esa decisión está inspirada por los principios de la Organización sobre los que no debe haber dudas. Las dudas en la fase del estudio no equivalen a debilidad ni significan poner en evidencia fallos. La duda nos permite establecer con seguridad las causas de la situación analizada.