DEDICADO A MIS NIETOS

Criterios sobre aspectos varios de la vida

RETALES DE MI VIDA, POR CARMEN CORTÉS MELERO

DEDICADO A MIS NIETOS

Os quiero contar cómo jugábamos entonces, cogíamos una mazorca de maíz, le quitábamos los granos y se quedaba blanca, con un tizón de la chimenea le pintábamos los ojos y con las hojas de la mazorca le hacíamos el vestido, cogíamos gotas de pegamento de los almendros y con eso hacíamos los ojos y con los pelos de la mazorca el cabello y ahí estaba lista para jugar nuestra muñeca Barbie campera.

También hacíamos juguetes con la remolacha, carritos con las ramas y troncos, con los juncos del arroyo hacíamos balsas para tirarnos por el arroyo.

La primera muñeca de verdad la tuve a los 10 años.

Por último una anécdota que me pasó cuando yo tenía 9 años. Vino de visita al cortijo un señorito con sus dos hijos, estos cuando me vieron decían “mira la catetilla esa”, dejé que me siguieran y me paré en una mata de guindillas, hice como si me comiera una paladeando el momento, me volví y comprobé que los dos fueron a la mata y se comieron cada uno una guindilla grande, al minuto aparecieron los dos en el cortijo dando gritos y llorando a chorros, yo me escondí pues sabía que me la iba a cargar.

Siendo ya joven, fui a Antequera a una tienda de curtidos que era del padre de estos niños y me encontré en el mostrador con uno de ellos, ¿te acuerdas de mí? le dije, la de la guindilla del ventorro, empezó a reírse y se le saltaron las lágrimas.

Como veis yo no tuve los juguetes que vosotros habéis tenido pero os puedo garantizar que fui con mis hermanos, y estos juguetes caseros, la más feliz de las niñas.

Vuestra abuela que os quiere muchísimo.