En las Organizaciones conviven distintos tipos de personas con edad, personalidad, formación, cultura y tradición diferentes.

Coexisten los individuos que tienen como capital fundamental su experiencia, y aquellos que tienen como punto de referencia la cultura científica, de manera que entre ambos pueden surgir disfunciones que en nada favorecen el desarrollo del proceso fiable, seguro y en constante mejora continua. Se puede hablar de operativos y documentalistas, prácticos y teóricos, pragmáticos y lógicos como sectores contrapuestos, cuando no hay nada más alejado de la realidad. El respeto debe ser la principal actitud, puesto que todas las tareas son fundamentales para el funcionamiento de los procesos productivos de la Organización.