Criterios sobre aspectos varios de la vida
lOS AUDIOS DE "SÉNECA"
EL OLIVO
El olivo (Olea europaea) es un árbol frutal de la familia de las oleáceas del que proviene el aceite. Es originario de Asia Menor y se cultiva, desde la antigüedad, en toda la cuenca mediterránea. La variedad silvestre recibe el nombre de olivo borde o acebuche.
A pesar de ser un árbol muy resistente, la reducción de agua o de nutrientes minerales justo semanas antes de la época de floración puede revertir en una menor floración y, por consiguiente, en una menor cantidad de olivas.
Es de fácil cultivo, aunque no tolera temperaturas inferiores a los -10°C pero que es bastante apto para combatir heladas del invierno típicas del clima mediterráneo y las sequías del verano que cada vez se alargan más en el tiempo. El componente climático que más daña a este árbol frutal es el viento.
Es un árbol de hoja perenne con la capacidad de vivir y producir durante cientos de años. Tiene porte medio entre 2 y 10 metros de altura. El fruto del olivo es la aceituna. La semilla alcanza la madurez justo antes de que el fruto cambie de color en el estadio dicho “maduración verde“. El crecimiento del fruto se detiene cuando éste empieza a cambiar de color.

Después del estadio de maduración verde hay un decrecimiento del contenido de clorofila y un incremento de la acumulación de antocianos (son pigmentos hidrosolubles que se hallan en las vacuolas de las células vegetales y que otorgan el color rojo, púrpura o azul a las hojas, flores y frutos). Su color puede tomar diferentes tonalidades, que oscilan de verde a rojo, pero cuando madura se vuelve negra.
El olivo es una de las plantas más citadas en la literatura. En la Odisea de Homero, por ejemplo, Ulises se arrastra por debajo de dos brotes de olivo.
El olivo también tiene un papel importante en la Biblia donde es mencionada más de 30 veces tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Por ejemplo, fue una rama de olivo la que demostró a Noé que el diluvio había terminado. El Corán también lo menciona.
El olivo cultivado (el acebuche es una planta naturalizada desde hace milenios) hizo su aparición en la región mediterránea algunos miles de años después de que lo hiciese en su lugar de origen, el Oriente Medio, hace unos 7.000 años. En el Peloponeso, su cultivo comenzó alrededor del siglo III a. C. Después del siglo XVI, los europeos lo llevaron a América. Principalmente a California, México, Perú, Chile y Argentina. También hay pequeñas plantaciones en China, Japón y Nepal. Se estima que actualmente hay unos 800 millones de olivos en todo el mundo.